Blogia
jcalamardo

El palacio del Viso del Marqués

El palacio del Viso del Marqués

Tras casi medio año sin publicar, hoy quería aportar al blog un nuevo artículo, dar unas pinceladas sobre un edificio de gran belleza. Me refiero al palacio del marqués de Santa Cruz en la pequeña villa de Viso del Marqués, en la provincia de Ciudad Real, emplazamiento del Archivo General de la Marina desde 1948, cuando los marqueses de Santa Cruz cedieron el palacio a la Armada Española.

A finales del siglo XVI, Don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, caballero de la Orden de Santiago, capitan general del Mar Océano y Almirante de la Marina española, decidió edificar un palacio en el Viso del Puerto Muradal, a medio camino entre Madrid y Sevilla, lugares que frecuentaba a menudo por encontrarse en ellos la Corte y el puerto de Indias, respectivamente. Este palacio renacentista es el único en estilo italiano que existe en España, ya que se encargó su construcción y decoración a artistas italianos en su mayoría. Debió haber uno similar en Valdepeñas, también del marqués, pero no se conserva.

Tras una fachada de dos cuerpos, de carácter austero, el palacio guarda un atrio cuadrangular porticado que articula el edificio, que se encuentra decorado con un gran número de frescos en techos y muros, al igual que todo su interior. Estas pinturas, que ocupan entre 7.000 y 8.000 mse dividen en dos corrientes temáticas: por una parte, escenas mitológicas, y por otra, batallas navales y vistas de ciudades visitadas por el marqués de Santa Cruz durante su vida. En ellas se suceden estos temas alternados con grutescos y elementos decorativos simulados, como puertas, columnas u hornacinas, por medio de numerosos trampantojos.

Una escalera imperial, atribuida al arquitecto italiano Gianbattista Castello, el Bergamasco, como buena parte de la estructura del palacio, da paso a la segunda planta, donde continúan los fresco por doquier y se encuentra la capilla donde descansan los restos de Don Álvaro de Bazán y sus familiares más cercanos. En los descansos de la escalera, dos esculturas representan al marqués ataviado como Neptuno, dios de los mares, y como Marte, dios de la guerra. La razón de ello es la maestría del marqués como marino y guerrero, pues se cuenta que en nunca perdió una batalla naval de las múltiples en que participó encabezando a la Armada española. Dentro de las esculturas, también son destacables las del jardín del palacio. Son los sepulcros de Álvaro de Bazán y su esposa, María de Figueroa, ejecutadas en mármol blanco por el escultor Antonio de Rivera ya en el siglo XVII, y que nos muestran a ambos reclinados, en actitud orante, recordándonos a los catafalcos de bronce dorado que los Leoni realizaron para Carlos V y Felipe II en el monasterio de San Lorenzo del Escorial.

Conociendo los avatares del edificio, el estado actual del palacio no es demasiado malo. Estuvo a punto de ser destruido a principios del siglo XVIII durante la Guerra de Sucesión Española, sufrió graves daños durante el terremoto de Lisboa en 1755, fue saqueado por los franceses durante la Guerra de Independencia, y cuando comenzó la Guerra Civil, en 1936 ya había sido utilizado como granero, cárcel, colegio, establo y hospital. Los daños más serios fueron los acontecidos en el citado terremoto de 1755, que hundió el techo del salón de honor, donde estaba pintada la victoria española en la batalla de Lepanto, y desmochó las cuatro torres de las esquinas, que en sus crónicas, Felipe II había citado como "magníficas".

Como curiosidades, decir que el palacio está alquilado a la Armada por un precio simbólico, consistente en un billete de una peseta de esa época; y que en la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, aledaña al palacio, se conserva adosado a uno de sus muros un cocodrilo disecado, traido por el marqués de Santa Cruz tras regresar de Egipto, y a cuya muerte fue ofrecido como exvoto por el propio marqués. Igualmente es curioso el hecho de encontrarse un Archivo de la Marina tan alejado del mar. Para acallar esta conjetura, los viseños tienen un refrán que aclara definitivamente el porqué:

«El marqués de Santa Cruz hizo un palacio en el Viso porque pudo y porque quiso» 

1 comentario

Javier -

El palacio es un lugar impresionante