Muertes insólitas (IV): Rasputin (1869-1916)
Grigori Efímovich Rasputin fue un monje, místico y cortesano ruso, conocido como “el Monje Loco”, que tuvo una gran influencia en los últimos días de la Dinastía Románov. Su hazaña más celebre fue la de conseguir curar en 1905, tan sólo mediante el rezo y, posiblemente, mediante hipnosis, al zarevich (heredero del trono de Rusia, hijo de zar) Alexis Nikoláyevich, que sufría de hemofilia. Esto le valió para ganarse la confianza de la zarina y, a su vez, la del zar Nicolás II, quienes le concedieron una gran autoridad en el gobierno ruso.
Sin embargo, la aristocracia rusa no veía con buenos ojos aquella situación, ya que Rasputin, que era hijo de campesinos analfabetos, tenía plenos poderes para gobernar (durante la Primera Guerra Mundial se hizo cargo del gobierno de Rusia, mientras el zar se ocupaba del ejército), y una actitud nada propia de un religioso, ya que llevaba una vida altamente licenciosa, por lo que su muerte era más que deseada entre las altas esferas de la sociedad.
La historia cuenta que el príncipe Félix Yusupov (un bisexual atraído por Rasputin) y el gran duque Dimitri Románov (un primo del zar) fueron los encargados de planear el asesinato de Rasputin en la antigua Petrogrado el 29 de diciembre de 1916. Al parecer, el monje ruso, en primer lugar, fue envenenado con vino y diversos manjares cargados de cianuro, que tan sólo lograron debilitarlo un poco. Viendo que no se moría, Yusupov sacó un arma y le disparó al corazón, acto que hizo que Rasputin cayera al suelo inmediatamente. Creyéndolo muerto, el príncipe avisó a algunos de sus hombres para que lo ayudaran a deshacerse del cuerpo. Sin embargo, cuando se dispusieron a comprobar si había muerto, ocurrió algo inesperado: Rasputin se puso en pie y comenzó a luchar contra Yusupov, quien aterrado consiguió escapar para informar de que el ‘inmortal’ monje (no era el primer atentado contra él) se resistía a morir. Fue entonces cuando los hombres de Yusupov encontraron a Rasputin, intentando escapar, y lo tirotearon hasta que creyeron haberlo matado.
A las cinco de la madrugada de aquel 29 de diciembre de 1916, cuando lo creían muerto, envolvieron su “cadáver” en una alfombra y lo arrojaron a las gélidas aguas del río Neva, donde finalmente, según se descubrió en la autopsia, Rasputin murió ahogado.
1 comentario
Anónimo -
Lo asesinaron unos envidiosos de mie...
Rompieron la mejoria en la salud de un niño y la esperanza de unos padres de verlo sano.