Dioses lejanos
Dioses lejanos es la primera novela del periodista y escritor neoyorquino Mischa Berlinski. En ella, un expatriado que vive en Tailandia con su novia se entera de que Martiya van der Leun, una destacada antropóloga holandesa, se ha suicidado en la cárcel en la que cumplía condena por el asesinato de un misionero.
Atraído por el suceso, la curiosidad lleva al protagonista a investigar sobre el tema del asesinato. Desde entonces, Mischa se dedica por completo a buscar personas que lo informen sobre la antropóloga y el difunto misionero. Por ello habla con familiares y conocidos, que le cuentan de primera mano la forma de vida que llevan los misioneros en Tailandia, lo que permite al protagonista conocer cómo viven los grupos tribales de esta zona, y especialmente los dyalo.
En esta novela, que puede funcionar también como un reportaje periodístico, somos testigos del choque entre dos concepciones del otro. Por un lado se encuentra la visión de los misioneros, que introducen en Tailandia un cristianismo puritano. Del otro, la visión de los antropólogos, que se perfilan como meros espectadores de las culturas de Oriente, viendo a las tribus como una serie de individuos supuestamente primitivos, pero con una visión religiosa altamente compleja.
Dioses lejanos ha tenido una gran acogida por parte de la crítica, quienes piensan que constituye una de las voces más interesantes de la nueva narrativa estadounidense. Sin embargo, en mi opinión, la narrativa que Berlinski utiliza resulta un tanto monótona en su lectura, ya que insiste en numerosos detalles que ralentizan la trama.
No obstante, si se toma la novela como el “diario de a bordo” de un investigador o un antropólogo, el libro puede servir para destapar lo oculto de algunos exóticos poblados orientales, tan diferentes y tan semejantes a nuestra civilización occidental.
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