Blogia

jcalamardo

La Dama de Elche

La Dama de Elche

La entrada de hoy la quería dedicar a conmemorar el 111º aniversario de esta magnífica pieza de arte ibérico, que este mismo día de agosto de 1897, fue descubierta en las cercanías de la población alicantina de Elche.

 

La Dama es un busto escultórico de 56 cm de altura, tallado en piedra caliza porosa de tonos ocres, en origen policromado, que data de la primera mitad del siglo IV a.C., o quizá del siglo V a.C. Pese a ser un busto, lo más probable es que fuera segmentado de una estatua de cuerpo entero. Prueba de ello sería el corte irregular y brusco del plano inferior.

 

Según la descripción oficial del Museo Arqueológico Nacional (Madrid), actual emplazamiento de la obra, la Dama es un

“Busto femenino, que presenta un rostro con facciones muy perfectas, y con restos de policromía en los labios; es una pieza que va ataviada muy ricamente; en la cabeza lleva un tocado formado por una tiara puntiaguda cubierta por un velo y encima una diadema; el rostro está enmarcado por dos ruedas o "estuches" donde iría recogido el peinado; la espalda y los hombros se cubren con un manto, que forma pliegues en la parte de delante y deja al descubierto tres collares y una fíbula que cierra la túnica en el escote. En la parte posterior, tiene un orificio cuya función ha dado lugar a numerosas interpretaciones”.

 

Esta cavidad de la espalda es casi esférica, de 18 cm de diámetro y 16 de profundidad, y posiblemente servía, para introducir reliquias, objetos sagrados o cenizas como ofrendas al difunto. Esto se ha sabido por comparación con otras figuras ibéricas de carácter religioso, halladas en otros lugares, que tienen también en su espalda un hueco y, como la Dama, sus hombros se muestran ligeramente curvados hacia delante.

 

Cerca de Elche existe un montículo que los árabes llamaron Alcudia (montículo) y que en la Antigüedad estaba casi rodeado por un río. Se sabe que fue un asentamiento ibero llamado Helike y que los romanos llamaron Illici Augusta Colonia Julia. Cuando llegaron los árabes, situaron la ciudad más abajo, en la parte llana, conservando el topónimo romano de Illici, que fue arabizado por el sonido ‘elche’. En este montículo o alcudia es donde se encontró la Dama de Elche el día 4 de agosto de 1897.

 

Los obreros de la finca estaban realizando el desmonte de la ladera sureste de la loma de La Alcudia, con fines agrícolas. Según la leyenda local, Manuel Campello Esclápez, Manolico, un chico de 14 años que ayudaba en las tareas, fue el descubridor. Usando el pico de Antonio Maciá, y aprovechando un descanso de los jornaleros, empezó a excavar. En un golpe de azadón se dio cuenta de que topaba con algo duro que no era tierra (se puede ver aun la marca del azadón). Llamó a los hombres y entre todos empezaron a escarbar la arena. Así fue cómo apareció el busto de la Dama de Elche. Desde ese momento fue bautizada por Manolico como ‘reina mora’.

 

Desde su descubrimiento, este misterioso busto ha residido en el Museo del Louvre (1897-1941) y en el Arqueológico de Madrid (1941-actualidad), pasando en la localidad ilicitana cortas temporadas, siempre de visita, a pesar de la insistencia del pueblo para que les sea devuelta.

 

Uno de los misterios de la figura es a quien representa. Hay teorías que defienden que es una diosa, otras se inclinan por que se trata de una sacerdotisa o una dama de la nobleza, que es la teoría que cuenta con más seguidores. Pero, por si fuera poco, incluso se ha manejado la teoría de que la Dama de Elche no fuese una mujer, sino un hombre, un guerrero a quien se quería rendir homenaje, lo que es improbable si nos ceñimos a ciertas fuentes, como los textos de Artemidoro de Éfeso, un hombre de estado que viajó por las costas de Iberia allá por el año 100 a.C., que describe a la mujer ibera con gran similitud a la Dama:

"Algunas mujeres ibéricas llevaban collares de hierro y grandes armazones en la cabeza, sobre la que se ponían el velo a manera de sombrilla, que les cubría el semblante. Pero otras mujeres se colocaban un pequeño tympanon alrededor del cuello que cerraban fuertemente en la nuca y la cabeza hasta las orejas y se doblaba hacia arriba, al lado y detrás".

Sea como fuere, la Dama de Elche no dejará de ser una verdadera joya artística, única en el mundo, que no es posible comparar con ningún otro hallazgo ibérico.

 

 

Para más información sobre el tema

 

 Ramos Folqués, A., La Dama de Elche, Ed. Peñíscola, Barcelona, 1965.

 

 Blázquez Martínez, J. M., Cuatro razones por las que es indefendible la tesis de J. F. Moffitt sobre la modernidad de la Dama de Elche, Cervantes virtual, 2006.

 

 http://enciclopedia.us.es/index.php/Dama_de_Elche

 http://www.dearqueologia.com/dama_de_elche.htm

 http://man.mcu.es/

 http://es.wikipedia.org/wiki/Dama_de_Elche

 http://www.ffil.uam.es/catalogo/madrid/bendala.htm

 http://www.contestania.com/damaelche.htm

 

Dioses lejanos

Dioses lejanos

Dioses lejanos es la primera novela del periodista y escritor neoyorquino Mischa Berlinski. En ella, un expatriado que vive en Tailandia con su novia se entera de que Martiya van der Leun, una destacada antropóloga holandesa, se ha suicidado en la cárcel en la que cumplía condena por el asesinato de un misionero.

 

Atraído por el suceso, la curiosidad lleva al protagonista a investigar sobre el tema del asesinato. Desde entonces, Mischa se dedica por completo a buscar personas que lo informen sobre la antropóloga y el difunto misionero. Por ello habla con familiares y conocidos, que le cuentan de primera mano la forma de vida que llevan los misioneros en Tailandia, lo que permite al protagonista conocer cómo viven los grupos tribales de esta zona, y especialmente los dyalo.

 

En esta novela, que puede funcionar también como un reportaje periodístico, somos testigos del choque entre dos concepciones del otro. Por un lado se encuentra la visión de los misioneros, que introducen en Tailandia un cristianismo puritano. Del otro, la visión de los antropólogos, que se perfilan como meros espectadores de las culturas de Oriente, viendo a las tribus como una serie de individuos supuestamente primitivos, pero con una visión religiosa altamente compleja.

 

Dioses lejanos ha tenido una gran acogida por parte de la crítica, quienes piensan que constituye una de las voces más interesantes de la nueva narrativa estadounidense. Sin embargo, en mi opinión, la narrativa que Berlinski utiliza resulta un tanto monótona en su lectura, ya que insiste en numerosos detalles que ralentizan la trama.

No obstante, si se toma la novela como el “diario de a bordo” de un investigador o un antropólogo, el libro puede servir para destapar lo oculto de algunos exóticos poblados orientales, tan diferentes y tan semejantes a nuestra civilización occidental.

Cuesta un riñón...

Cuesta un riñón...

Por todos es sabido que, en los últimos meses, España está viviendo una situación económica ’un tanto incómoda’ que los miembros del Gobierno intentan disfrazar, evitando utilizar la palabra crisis. Se han escuchado expresiones como ’crecimiento debilitado’, ’desaceleración’ o ’empeoramiento’, para referirse al tenso momento que estamos viviendo. Los elevados precios de la vivienda y los bienes de consumo suben aún más, a la par que los salarios de los trabajadores bajan (eso cuando todo ello no acaba en desempleo).

Pues bien, parece ser que no somos el único país europeo con ’desaceleración’. Pese a la crítica situación de los españoles, hay quienes convierten sus alabanzas en deseperación como es el caso del protagonista de una noticia que se puede leer hoy en un conocido periódico online. El titular reza lo siguiente:

Un empresario en crisis pone a subasta un pulmón y un riñón

Se trata de un empresario italiano de 50 años que, debido a su situación económica, vende en eBay estas partes de su cuerpo "al mejor postor" para lograr salvar su negocio con el dinero que le sea pagado por sus órganos.

Para leer la noticia completa, click aquí: http://www.lavanguardia.es/lv24h/20080717/53502565536.html

María Bellido

María Bellido

Con motivo del inmediato bicentenario de la victoria española en Bailén he estado investigando un poco sobre la localidad jiennense, la famosa contienda y sus personajes. Y es precisamente uno de sus personajes el que me ha llamado la atención, y sobre el que escribiré a continuación.

 

Cuando se habla de guerra uno piensa casi inmediatamente en heroicos protagonistas masculinos, salvo raras excepciones como el caso de Agustina de Aragón. Pues bien, otra excepción la tenemos en María Bellido, una mujer que es casi ignorada por la historia, pero que estuvo ligada a la guerra de la Independencia y, sobre todo, a la batalla de Bailén, pero que sin embargo no hubo de mancharse las manos de sangre para ser considerada toda una heroína.

 

María Inés Juliana Bellido Vallejos nació en Porcuna (Jaén) el día 28 de enero de 1755, hija legítima del matrimonio contraído por Francisco Elías Bellido y Catalina Vallejos ambos también vecinos de este pueblo.

 

Hubo algún tiempo en que la polémica se planteó al confundir a María Inés Juliana con su hermana María Paula Bellido, pero la fecha de su nacimiento nos lleva a comprender que no puede ser ésta última la heroína, pues nacida sobre el 24 de junio de 1743, debería tener en 1808 nada menos que 65 años, edad avanzada para poder desempeñar los menesteres que la llevarían a la fama; y máxime en aquellos tiempos, en que personas con esa edad eran prácticamente ancianos.

 

En octubre de 1782, María Bellido (apodada la Culiancha, por sus opulentas caderas) contrajo matrimonio con Luís Domingo Cobo Muela, un joven viudo de Bailén dedicado al comercio de cántaros, botijos y demás objetos cerámicos, con el que abandonó Porcuna para instalarse en Bailén.

 

Cuando al anochecer del día 18 de julio de 1808 el pueblo de Bailén se ve envuelto en las escaramuzas que anuncian la definitiva batalla, María, que habría de formar parte de ella, cuenta con 53 años de edad.

 

Es lógico que desarrollándose el combate en las cercanías de Bailén los vecinos de esta villa tomaran parte activa, desde su inicio, en la batalla. Los hombres se unieron directamente a las tropas; los ancianos prestaron servicios de avituallamiento y sanidad, y los niños y mujeres contribuyeron con el elemento que se hacía más necesario en el campo de batalla: el agua.

 

Prueba de ello nos da Don Benito Pérez Galdós, quien en su Episodio Nacional "Bailén", pone en boca de uno de sus personajes:

 

Eran las seis de la mañana, y el calor principiaba a dejarse sentir con mucha fuerza, sentíamos ya a la espalda aquel fuego que más tarde habría de hacernos el efecto de tener por médula espinal una barra de metal fundido... Pero este malestar era insignificante con otro que desde la mañana principió a atormentarnos, la sed, que todo lo destruye, alma y cuerpo, infundiendo una rabia inútil para la guerra, porque no se sacia matando.

 

Tal era la necesidad del agua, y tan primordial su obtención, que hubo momento en que la lucha se concentró en la posesión de las fuentes de aprovisionamiento de ésta.

 

Hecha esta semblanza de la batalla y uno de los principales elementos, entra ya en escena nuestro personaje: María Bellido.

 

La misión de obtención, transporte y abastecimiento de esta agua tan necesaria, correspondió principalmente a las mujeres y niños de la población, que con desprecio del peligro tanto contribuyeron a la victoria de las tropas españolas.

 

Nuevamente Pérez Galdós en su ya citado "Bailén", escribe al respecto:

 

Es verdad que de Bailén salían en bandadas multitud de mujeres con cántaros de agua para refrescarnos... Más de una vez, aquellas valerosas mujeres se expusieron al fuego, penetrando en sitios de mayor peligro, y llevando sus alcarrazas a los artilleros del centro.

 

En una de estas, María Bellido llegó hasta el puesto de mando y dirigiéndose directamente al General Reding, le ofreció agua, y en el momento en que elevaba la vasija, una bala rompió el cántaro. La mujer no se inmutó. Recogió el recipiente donde había quedado un poco de agua, y lo ofreció al General, que alabó su labor y ofreció premiarla.

 

Pero lo más significativo de esta heroica mujer fue, que, tras la victoria de las tropas españolas en Bailén, pasó al más completo olvido. Tan es así que durante algún tiempo se creyó que este personaje era producto de la imaginación popular, o la creación de unos vencedores que necesitaban héroes para resaltar sus victorias. Investigaciones posteriores han hecho a los historiadores llegar a la conclusión de que María Bellido existió, que nació en Porcuna, que casó con Luís Domingo Cobo, y que el hecho antes relatado es realmente un hecho histórico.

 

Tal vez el completo olvido en que cayó su gesta fue debido a su prematura muerte, acaecida el 7 de marzo de 1809, casi ocho meses después de la batalla de Bailén. Esta y otras circunstancias, como la muerte del propio General Teodoro Reding en Tarragona en 23 de abril del mismo año, motivaron la marginación y el olvido de esta heroína.

 

Pero la historia jamás olvida a sus héroes.

 

Fue en 1862, cuando la Reina Isabel II, acompañada de su esposo Don Francisco de Asís, proyectó realizar un viaje por tierras de Andalucía y Murcia. El 14 de septiembre del referido año hizo su entrada triunfal en la Ciudad de Bailén la comitiva real, continuando hasta Andujar para seguir por toda Andalucía.

 

A la vuelta del viaje, en 7 de octubre del mismo año, y de nuevo de tránsito por Bailén, tras visitar muy especialmente el lugar en que años antes se había desarrollado la famosa batalla, las autoridades de aquella localidad, obsequiaron a su Majestad con “un rico estuche de palo de santo, que contenía una bandeja de plata y filigrana y un cantarito de plata dorado a fuego, que sujetaba entre hojas de laurel una bala de metralla”.

 

El diputado provincial y poeta de aquel lugar don Francisco Rentero, al hacer el ofrecimiento, hizo a su Majestad una breve reseña del recuerdo histórico que encerraba el símbolo que ofrecía. Relató una historia detallada del hecho realizado por María Bellido, dando de beber a las tropas y al General Reding en medio de la lluvia de fuego y balas. La bala que entregaba era la que partiendo de las filas francesas rompió el cántaro de la heroína y que se conservó durante muchos años por María Josefa Malpesa, sobrina de nuestro personaje, a cambio de la cual recibió ésta, de por vida, una pensión de la Real Casa.

 

A pesar de ser parcialmente obviada por la historia, su hazaña es recordada por los bailenenses debido a una escultura situada a la entrada del municipio (imagen superior) y, curiosamente, también debido al escudo del municipio de Bailén, que muestra en su cuartel izquierdo el cántaro de María, agujereado por una bala de las tropas napoleónicas.

 

 

Bibliografía y fuentes

 

* Colección Jaén, pueblos y ciudades: Bailén, fascículo número 26, editado por el Diario Jaén, 1997.

 

* Artículo firmado en Málaga por José María Pulido Torres y publicado en el Programa de Festejos de la "Romería Alharilla 96", editado por la Cofradía de la Santísima Virgen de Alharilla, Porcuna (Jaén), 1996.

 

* http://www.andalucia.cc/adn/0598per.htm

Man Yu Fung

Man Yu Fung

Navegando por la red de redes, en busca de artistas actuales, me he tropezado, en el buen sentido de la expresión, con la obra de Man Yu Fung, una joven artista con doble nacionalidad (costarricense y china). Esta artista, pintora y poetisa, que presume orgullosa de ser autodidacta, es destacable por sus trabajos hiperrealistas. Sin embargo, algo llama la atención en sus pinturas, algo que parece estar casi exento en obras hiperrealistas de autores más conocidos (Richard Estes, Antonio López...): la expresión de sentimientos y la cercanía con el espectador.

 

Viendo sus pinturas, uno se da cuenta inmediatamente de su talento y de la fuerza que transmiten sus cuadros. Son cuadros naturalistas, bastante pasionales y vivos, con un exotismo orientalizante que los hace enigmáticos y místicos, reflejando en su mayoría una representación magistral de la mujer.

 

La imagen superior es una obra de Man Yu, titulada Sin sueño (2007), que pese a parecer una fotografía, está realizada en pastel sobre papel. En ella se observa a una mujer desnuda que yace acurrucada sobre su lecho, no luchando contra el insomnio – el título puede dar a equívocos – sino contra la soledad, contra las inquietudes de su vida, contra la propia existencia, contra sus ilusiones, contra sus sueños frustrados... todo ello reforzado por la posición fetal y el magnífico juego de luces y sombras, que nos llevan a introducirnos metafóricamente en el cuadro y a preguntarnos el porqué de los desvelos y el recogimiento de esta mujer.

 

Más información sobre la obra de esta artista en:

http://www.artelista.com/autor/2020823016734777-fung.html

Leer el Quijote en Teherán

Leer el Quijote en Teherán

Después de numerosos avatares, de librería en librería, preguntando por este libro, cuál fue mi sorpresa cuando el lunes me llegó un correo electrónico avisándome de la llegada de mi encargo, después de algo más de 6 meses. Hoy lo he recogido e inmediatamente lo he comenzado a leer con avidez, como si en ello me fuera la vida.

El libro de marras es "Leer el Quijote en Teherán", de Rafael Robles, un profesor ciudadrealeño que ha ejercido su profesión en países tan dispares como Estados Unidos, China, España e Irán, al que tuve el honor de tener impartiendome clases durante un año, y al que en la actualidad considero un amigo.

Leer el Quijote en Teherán narra las peripecias más interesantes y notables de Rafael durante el tiempo que impartió clases de lengua y literatura española en la Universidad de Allameh Tabatabaei de Teherán. Esta obra que "primero fue un blog, y ahora es un libro lleno de magia, belleza, exotismo y humanidad que nos acerca a la vida real en Irán", como se afirma en la contraportada, permite ver a través de los ojos de un extranjero el día a día en la capital persa, a la vez que nos presenta una visión tremendamente diferente a lo que nos tienen acostumbrados los mass media.

Efectuando un viaje literario a través de las páginas, el libro nos acerca a la situación política y económica que vive la sociedad iraní en la actualidad, cuáles son las costumbres más arraigadas de sus gentes, cuál es el papel que desempeña la mujer, cómo es la educación iraní, cómo se ve España en las tierras de Oriente Próximo, cómo afectan las creencias religiosas a la vida cotidiana de los iraníes, y un largo etcétera de cuestiones que merecen la pena ser leídas para poder desmitificar y conocer "en primera persona" una cultura tan legendaria como es la iraní.

No quisiera terminar la entraba sin decir que además de invitarles a leer el libro, les animo a seguir con asiduidad el blog de Rafael Robles (http://www.rafaelrobles.com/), que bien merece una visita.

Hipómenes y Atalanta

Hipómenes y Atalanta

¿Por qué el carro de la diosa Cibeles está tirado por leones, y no por caballos u otros animales?

Si no lo sabéis, os recomiendo leer la historia de Hipómenes y Atalanta, recogida en la Metamorfosis de Ovidio, un interesante libro para todos aquellos a los que les interese la mitología clásica.

 

Quizás hayas oído de una mujer que en el certamen de la carrera
superó a los veloces hombres. No una habladuría el rumor
aquel fue, pues los superaba, y decir no podrías
si por la gloria de sus pies, o de su hermosura por el bien, más destacada fuera.
Al interrogarle ella sobre su esposo, el dios: “De esposo”, dijo,
no has menester, Atalanta, tú. Huye del uso de un esposo.
Y aun así no le huirás y de ti misma, viva tú, carecerás.”
Aterrada por la ventura del dios, por los opacos bosques innúbil
vive y a la acuciante turba de sus pretendientes, violenta,
con una condición ahuyenta y: “Poseída no he de ser, salvo”, dice,
“vencida primero en la carrera. Con los pies contended conmigo.
De premios al veloz esposa y tálamos se le darán;
la muerte el precio para los tardos. Tal la ley del certamen sea.”
Ella ciertamente dura, pero –tan grande el poder de la hermosura es–
acude a tal ley, temeraria, una multitud de pretendientes.
Se había sentado Hipómenes de la carrera inicua como espectador,
y: “¿Puede alguien buscar por medio de tantos peligros esposa?”,
había dicho, y excesivos había condenado de esos jóvenes sus amores,
cuando su faz, y dejado su velo, su cuerpo vio,
cual el mío, o cual el tuyo, si mujer te hicieras:
quedó suspendido y levantando las manos: “Perdonadme”,
dijo, “los que ora he recriminado. Todavía los premios conocidos,
que buscabais, no me eran.” En elogiándola concibe fuegos,
y que ninguno de los jóvenes corra más veloz desea
y con envidia teme: “¿Pero por qué del certamen este
no tentada la fortuna he de dejar?”, dice.
“A los osados un dios mismo ayuda.” Mientras tal consigo mismo
trata Hipómenes, con paso vuela alado la doncella.
La cual, aunque avanzar no menos que una saeta escita
pareció al joven aonio, aun así él de su gracia
se admira más: incluso la carrera misma la agraciaba.
El aura echa atrás, arrebatados por sus rápidas plantas, sus talares,
y por sus espaldas de marfil se agita su pelo, y las rodilleras
que sus corvas llevaban con su pintada orla
y en su candor de jovencita su cuerpo había producido
un rubor, no de otro modo que cuando sobre los atrios cándidos
un velo de púrpura simuladas tiñe las sombras.
Mientras nota tal el huésped recorrida la última meta fue
y es cubierta, vencedora Atalanta, de una festiva corona.
Un gemido dan los vencidos y pagan, según el pacto, sus condenas.
“No, aun así, por el destino de ellos aterrado, el joven
se apostó en medio y su rostro en la doncella fijo:
“¿Por qué un fácil título buscas venciendo a unos inertes.
Conmigo compárate”, dice, “o, si a mí la fortuna poderoso
me ha de hacer, por alguien tan grande no serás indigna de ser vencida.
Pues el padre mío, Megáreo de Onquesto; de él
es Neptuno el abuelo, bisnieto yo del rey de las aguas,
ni mi virtud por detrás de mi linaje está. O si vencido soy, obtendrás,
Hipómenes vencido, un grande y memorable nombre.”
Al que tal decía con tierno rostro la Esqueneide
lo contempla y duda si ser superada o vencer prefiera,
y así: “¿Qué dios a éste, para los hermosos –dice– injusto,
perder quiere y con el riesgo le ordena de su amada vida
este matrimonio perseguir? No merezco, a juicio mío, tanto.
Y no su hermosura me conmueve –podía aun así de ella también conmoverme–,
sino el que todavía un niño es. No me conmueve de él sino su edad.
Qué el que tiene virtud y una mente impertérrita de la muerte.
Qué el que de su marino origen se compute el cuarto.
Qué el que está enamorado y en tanto estima la boda nuestra
que moriría si a mí la fortuna, a él dura, le negara.
Mientras puedes, huésped, vete y estos tálamos deja atrás cruentos.
Matrimonio cruel el mío es, contigo casarse ninguna no querrá
y ser deseado puedes por una inteligente niña.
Por qué, aun así, siento pesar por ti, cuando tantos ya antes han muerto.
Él verá. Que perezca puesto que con tanta muerte de pretendientes
advertido no fue y se deja llevar a los hastíos de la vida.
¿Caerá él, así pues, porque quiso vivir conmigo,
y el de una indigna muerte por precio sufrirá de su amor?
Inquina no nos ha de traer la victoria nuestra.
Pero culpa mía no es. Ojalá desistir quisieras,
o puesto que en tu juicio no estás, ojalá más veloz fueses.
Mas cuán virginal en su cara de niño su rostro es.
Ay, triste Hipómenes, no quisiera por ti vista haber sido.
De vivir digno eras, que si más feliz yo fuera
y a mí el matrimonio mis hados importunos no me negaran,
el único eras con quien asociar mi lecho querría.”
Había dicho y, como inexperta y por su primer deseo tocada,
de que lo está ignorante, está enamorada, y no lo siente amor.
“Ya las acostumbradas carreras demandan pueblo y padre,
cuando a mí, con angustiada voz, el descendiente de Neptuno
me invoca, Hipómenes, y: “Citerea, suplico, a las osadías asista nuestras”,
dice, “y los que ella dio, ayude a esos fuegos.”
Bajó una brisa no envidiosa hasta mí esas súplicas tiernas.
Conmovida quedé, lo confieso, y una demora larga para el socorro no se me daba.
Hay un campo, los nativos tamaseno por nombre le dan,
de la tierra chipriota la parte mejor, el cual a mí los ancianos
de antaño me consagraron y que a mis templos se sumara
dote tal ordenaron. En la mitad brilla un árbol de ese campo,
rubio de cabello, de rubio oro sus ramas crepitantes.
De allí volviendo yo al acaso, llevaba, en número de tres, arrancadas
de mi mano, unas frutas de oro, y sin que nadie ver me pudiera, salvo él mismo,
a Hipómenes me acerqué y le instruí de qué su uso en ellas.
Sus señales las tubas habían dado, cuando de la barrera abalanzado uno y otro
centellea y la suprema arena con rápido pie pizca:
poder los creerías a ellos, con seco paso, rasar el mar,
y de una mies cana, ella en pie, recorrer las aristas.
Le añaden ánimos al joven el clamor y el favor y las
palabras de quienes decían: Ahora, ahora de aligerar es el tiempo,
Hipómenes, apresura, ahora de tus fuerzas usa todas.
Rechaza la demora: vencerás.” En duda si el héroe de Megareo
se alegre o la doncella más, la Esqueneia, de estas palabras.
Oh cuántas veces, cuando ya podía pasarlo, demoróse,
y contemplado mucho tiempo su rostro a su pesar lo dejó atrás.
Árido, de su fatigada boca le llegaba su anhélito,
y la meta estaba lejos. Entonces al fin de los tres uno,
de los retoños del árbol, envió el descendiente de Neptuno.
Quedó suspendida la doncella, y del nítido fruto por el deseo
declina su carrera y el oro voluble recoge.
La deja atrás Hipómenes: resuenan las gradas del aplauso.
Ella su demora con rápida carrera, y los cesados tiempos,
corrige, y de nuevo al joven tras sus espaldas deja.
Y de nuevo, con el lanzamiento de un fruto demorada, del segundo,
es alcanzada, y pasa ella al varón. La parte última de la carrera
restaba. “Ahora”, dice, “acude, diosa, autora de este regalo.”
Y a un costado del campo, para que más tarde ella volviera,
lanza oblicuamente, nítido, juvenilmente, el oro.
Si lo buscaría la doncella pareció dudar, la obligué
a recogerla y añadí, por ella levantada, pesos a la manzana
y la impedí a la par por el peso de su carga y la demora,
y para que mi discurso que la propia carrera no sea más lento,
atrás dejada fue la doncella: se llevó sus premios el vencedor.
“¿Digna de que las gracias me diera, de que del incienso el honor
me llevara, Adonis, no fui? Ni las gracias, olvidado, me dio
ni inciensos a mí me puso. A una súbita ira me torno
y, dolida por el desprecio, de no ser despreciada por los venideros,
con un ejemplo me cuido y a mí misma yo me incito contra ambos.
Por unos templos que a la madre de los dioses en otro tiempo el claro Equíon
había hecho por exvoto, merced a unos nemorosos bosques escondidos,
atravesaban ellos, y el camino largo a descansar les persuadió.
Allí, el intempestivo deseo de yacer con ella
se apodera de Hipómenes, excitado por la divinidad nuestra.
De luz exigua había cerca de esos templos un receso,
a una caverna semejante, de nativa pómez cubierto,
por una religión primitiva sagrado, adonde su sacerdote,
de leño, había llevado muchas representaciones de viejos dioses.
Aquí entra y con ese vedado oprobio ultraja los sagrarios.
Los sagrados objetos volvieron sus ojos, y coronada de torres la Madre
en la estigia onda a los pecadores duda si sumergir.
Condena leve le pareció. Así pues, unas rubias crines velan,
poco antes tersos, sus cuellos, sus dedos se curvan en uñas,
de sus hombros unas espaldillas se hacen, hacia su pecho todo
su peso se va, las supremas arenas barridas son de su cola.
Ira su rostro tiene, en vez de palabras murmullos hacen,
en vez de sus tálamos frecuentan los bosques y, para otros de temer,
con su diente domado aprietan de Cíbeles los frenos, los leones.
De ellos tú, querido mío, y con ellos del género todo de las fieras,
el que no sus espaldas a la huida, sino a la lucha su pecho ofrece,
rehúye, no sea la virtud tuya dañosa para nosotros dos.”

Los santos inocentes

Los santos inocentes

En primer lugar, desearos un Feliz Año Nuevo, pues llevo ya un tiempo sin publicar nada aquí.

Quisiera haber terminado el 2007 con esta entrada, pero no me fue posible. Por ello quiero comenzar este nuevo año 2008 con la recomendación de un libro, y también, de paso, de la brillante adaptación al cine que se hizo de éste: Los santos inocentes.

Esta novela fue escrita en 1982 por el escritor vallisoletano Miguel Delibes, uno de los mejores literatos de las letras hispánicas del siglo XX. Está ambientada en un cortijo de Extremadura en los años 60 y cuenta la historia de Paco ‘el Bajo’, Régula (su mujer) y los hijos de ambos, una familia de campesinos que viven al servicio de un señorito, Iván, gran aficionado a la caza. A todos ellos se suma el hermano de Régula, Azarías, un hombre bobalicón e inocente, con retraso mental, que se traslada al cortijo al ser despedido de su trabajo, y cuyo único desvelo es criar a la Milana, un pájaro de final incierto en la historia, que resulta ser uno de los hilos que tejen el argumento.

La película, de título homónimo, fue dirigida por Mario Camus en 1984, y fue protagonizada por Francisco Rabal, Alfredo Landa, Terele Pávez y Juan Diego, entre otros. Esta adaptación al cine valió a Rabal y Landa la concesión ex aequo de la Palma de Oro del Festival de Cannes a la mejor interpretación masculina en 1984.

 

Tanto en la novela como en el film, es visible la situación que se vivía en las comarcas rurales de la España de la época: una sociedad de incultura, que consideraba inferior a algunos por ser de clase baja, y los que, a pesar de la opresión y el humillante trato que recibían por parte de los señoritos, acataban sus órdenes sin rechistar en absoluto.

Merda d'artista

Merda d'artista

Habiendo participado Piero Manzoni y Agostino Bonalumi en una exposición en la ciudad de Milán con poco éxito, tras intentar vender sus obras, Manzoni enfadado afirmó que los estúpidos burgueses milaneses sólo querían mierda, y que él mismo se la daría si eso era lo que querían.

Fue en el verano de 1961, cuando Piero Manzoni presentó en la Galería Pescetto de Albisola Marina su obra más célebre y, sin duda alguna, exitosa. Se trataba de 90 latas de conserva en cuyo interior había envasada “merda d’artista”, es decir, excrementos del propio Manzoni. Cada una de estas latas, debidamente numeradas, contenía 30 gramos de ‘esta materia’, conservada al natural, producida y enlatada en mayo de 1961. Esto es exactamente lo que Manzoni escribió en las etiquetas de los envases en italiano, francés, alemán e inglés, para que no cupiese duda del contenido, firmando además su obra.

El caso no es el único sorprendente, pues de años antes es conocido el caso de la Fontana de Marcel Duchamp, consistente en un urinario firmado, o las múltiples ocurrencias de Salvador Dalí, verdaderos precedentes de esta obra de Manzoni.  El precio de estas 90 latas correspondía, según el autor, al valor corriente del oro. Sin embargo, un comprador compró una de las latas por el “módico” precio de 124.000 euros.

Ahora bien, según palabras de Bonalumi, la obra no era sino una burla de su compañero y un fraude, pues en las codiciadas latas, que acabaron en prestigiosos museos y colecciones privadas de todo el mundo, no había heces, sino yeso. Al igual que hizo con los “excrementos”, Manzoni ofreció al público Aliento de artista y Sangre de artista, haciendo una crítica muy irónica al mercado artístico, que es capaz de comprar cualquier cosa que esté firmada.

Y es que, como se expresa en la página web del artista, "Todo cambia en el arte cuando es tocado por Manzoni”.

Booba y Kiki

Booba y Kiki

Os propongo un pequeño experimento. Mirad estas dos figuras.

Este test fue ideado por el investigador Wolfgang Köhler en 1929. En él se pide a diferentes individuos que diga cuál de estas dos figuras se llama Booba y cuál Kiki. Del 95% al 98% de la gente le asigna el nombre de Kiki a la figura angulosa y Booba (pronunciado 'buba') a la figura redondeada. El experimento se hizo para comprobar la influencia que tiene sobre el ser humano un fenómeno llamado sinestesia, consistente en la unión de varios sentidos.

Se piensa que esto tiene que ver con el desarrollo del lenguaje; pues parece ser que poner nombres a los objetos y a las formas no es algo realizado totalmente de forma arbitraria, sino conscientemente, basando el nombre en criterios definidos del objeto. Otra explicación sería que la forma redondeada suele recibir el nombre de Booba porque los labios forman una figura similar para producir el sonido, mientras que los labios toman una forma más angulosa al pronunciar Kiki.

Además, el sonido de las letras dominantes (K y B) es más forzado en el caso de Kiki, produciendo un sonido más "estridente", que en el de las B, que hacen que el nombre suene de una forma más "suave". Por otra parte, por si fuera poco, en el alfabeto romano, las letras B, o y a tienen una forma más redondeada que K e i, de trazos rectos.

Otra explicación podría venir dada por los colores, pues se asocian más los colores cálidos y fuertes con las formas puntiagudas o angulosas, y los colores apagados o fríos con las formas más redondeadas.

El enigma Goya

El enigma Goya

Pese a tener un título que evoca fácilmente otros de novelas actuales, donde se busca más crear morbo y la crítica respecto a famosos pintores (como el filón literario que se ha creado en torno a Da Vinci y sus obras más célebres), El Enigma Goya, escrito por Manuel Ayllón, es un libro bastante interesante sobre la figura del pintor Francisco de Goya y Lucientes. Sin embargo, lejos de "condenar" la obra del aragonés, el autor nos muestra facetas menos conocidas del pintor, adentrándose en su vida cotidiana y mostrando a su vez la situación vivida por allegados suyos a partir de la muerte de Carlos III, como el banquero Francisco Cabarrús, el escritor Leandro Fernández de Moratín o el político Manuel Godoy, entre otros, relatando hechos acontecidos hasta la muerte de Goya en 1828.

En el libro se tratan detalladamente las intrigas vividas en la corte real del Madrid de finales del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX, la vinculación de Goya con la masonería, las amistades del pintor con los altos cargos, y sus devaneos amorosos con la duquesa de Alba, que influyó tanto en sus pinturas, reflejando su estado de ánimo y sus sentimientos a través de éstas, llegando esta relación a convertirse en una de sus obsesiones hasta el final de sus días.

Las intermitencias de la muerte

Las intermitencias de la muerte

Este curioso título da nombre a una de las últimas novelas del prolifico escitor portugués José Saramago, quien vuelve a apartarse de los hechos corrientes, dando rienda suelta a su imaginación en una certera narración de carácter social y, en gran modo, filosófico.

En un país indeterminado, el primer día de año, la muerte deja de ejercer su macabra misión habitual, es decir, deja de matar personas. Esta acción aparentemente parece una feliz noticia, por lo que la euforia colectiva se desata en un principio. Sin embargo, horas más tarde, entre la gente comienza a cundir el pánico y la desesperación. El país cae en la cuenta de que sin muerte su población está condenada a una vida de vejez eterna y enfermedades, que no se paliarán y darán paso al dolor y al caos más absoluto. A esto se suma la situación negativa que viven a partir de entonces los trabajadores dedicados al negocio funerario, pues sin muerte no hay trabajo para ellos, y para una corporación tan importante como la Iglesia católica, puesto que sin muerte no hay ni resurrección ni salvación para los cristianos. A partir de aquí, los paisanos y su gobierno comienzan a tramar todo tipo de soluciones para intentar superar este trago, al que se ven de repente abocados a causa de la decisión que toma la muerte. 

A pesar de las críticas algo negativas que este libro ha recibido por parte de algunos lectores, por mi parte, he de reconocer que el libro me ha sorprendido y gustado, por lo que os lo recomiendo como lectura. Además, el libro es una excelente oportunidad para reflexionar sobre el tema de la muerte y lo que ello conlleva a nivel social.

Espero que os guste.

La pintura flamenca en la Colección Gerstenmaier

La pintura flamenca en la Colección Gerstenmaier

Tras varios meses de ausencia regreso con un artículo sobre una interesante exposición que he descubierto hace poco tiempo. Se trata de una exposición itinerante de pintura flamenca que está recorriendo España, mostrando a los amantes del arte una reducida colección de pinturas y grabados, mantenida por un gran coleccionista alemán afincado en España desde hace años, Hans Rudolf Gerstenmaier. En su colección cuenta con más de 150 obras de diversos autores y escuelas de pintura europea, destacando en gran medida las obras de pintura flamenca.

Durante treinta años, Gerstenmaier ha ido obteniendo estas obras pictóricas en casas de subastas, anticuarios y galerías, consiguiendo que estas obras, ya prácticamente olvidadas, no saliesen de España para formar parte de museos y galerías de arte del extranjero. Con ello, lo que este empresario y coleccionista alemán ha conseguido ha sido forjar una de las colecciones privadas de pintura más importantes del panorama artístico español.

La exposición itinerante alberga, aproximadamente, cuarenta y cinco obras, entre pinturas y grabados, de varios artistas flamencos de los siglos XVI-XVII, como Anton Van Dyck, Jacob de Becker, Hendrick Goltzius o Jan de Beer. El conjunto puede dividirse en varios grupos, marcados por la temática de las obras: temas religiosos, mitológicos, bodegones, paisajes, etc.

Para los interesados en la asistencia para contemplar estas obras, dicha exposición se encontrará entre los meses de enero y mayo de 2007 en las ciudades de Ciudad Real (Museo López-Villaseñor), Albacete, Toledo y Cuenca.

Espero que os guste.

 

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro

Se acerca el final del curso y, en Ciudad Real, donde actualmente estudio he tenido la oportunidad de conocer gente magnífica. Por eso, a pesar de no haber publicado aún nada relacionado con mi vida diaria, pues no soy de los que va contando sus vivencias a los internautas,  me gustaría abrir mi corazón y expresar mis sentimientos con respecto a cada uno de ellos. Cada uno de vosotros tenéis un sitio en mi memoria, por lo que os recordaré siempre. En un cierto gesto de cortesía comenzaré por las mujeres. 

En primer lugar hablaré de Sole, una estudiante de Filología Moderna, y creo que la más antigua de mis amigas de la Residencia. Te recordaré como aquella chica risueña, con la que compartí tantos buenos y malos momentos, como la compañera de viaje ideal, y como una chiquilla débil y, a la vez, fuerte, a la que una mano amiga nunca le viene mal (como dice la canción: “aunque los vientos de la vida soplen fuerte, soy como el junco que se dobla pero siempre sigue en pie”). 

La otra filóloga de la 37, Adara, ¿qué decir de ella? Todo un torbellino, difícil de controlar, pasional, extrovertida, rebelde, cariñosa, terriblemente sincera, excéntrica.... en pocas palabras, una chica muy especial, producto de una sociedad que la ha tratado un poco mal, dándole a veces la espalda. Con todo y con eso, una buena amiga.

Mª Carmen es otra de mis más antiguas amigas desde que me instalé parcialmente en Ciudad Real. Ella es una estudiante de Magisterio Musical, de Manzanares, simpática, risueña y muy dulce, a la que recordaré como una pianista excelente, con voz angelical con la que pasé muchos momentos musicales; como una compañera de viaje inseparable; como una fuente inagotable de refranes y dichos populares de la tierra, y como una muchacha tímida e ingenua, que con su candidez y su sonrisa perpetua nos fue cautivando hasta quedarse a vivir en un rinconcito de nuestros corazones. Por todo ello la considero una buena amiga. 

Vero (Aeris) es otra de las estudiantes de Filología Moderna de la Residencia. A ella la recordaré como la escritora de uno de los blogs más entretenidos de la Red; como una chiquilla simpática, alegre, extravertida, algo voluble, avispada, y con las cosas bastante claras; como una mujer con alma de niña, amante de los McFlurry`s, que aunque llegó más tarde que los demás, supo hacerse un hueco entre nosotros gracias a su simpatía. Todo ello hace que también la valore como una buena amiga. 

Mª Carmen, la estudiante de Filología Hispánica, es otra de las personas que puedo considerar amiga en la Residencia. Te recordaré como una chica cariñosa, simpática, risueña, sincera, defensora acérrima del Barça, un tanto sarcástica y con las ideas bastante claras. 

Por último, Ana, la mayor del grupo de amigos, pero, aún así, una mujer con alma y voz de niña. Te recordaré por tu forma de ser y por tu simpatía; como la estudiante de Magisterio de Lenguas Extranjeras, de apariencia paradójica, a veces tímida, a veces extravertida, sincera y amiga de tus amigos. 

Entre los chicos, Pedro es otra de las buenas personas que comparten Residencia conmigo y del que me llevo un buen recuerdo. Un albaceteño de armas tomar, estudiante de Ingeniería Química, al que recordaré por su simpatía, por su forma de ser, por su peculiar sentido del humor lleno de dobles sentidos, por sus críticas sarcásticas hacia las carreras de Letras y Magisterio, por su forma de pensar... En definitiva, un buen amigo.

Víctor, un estudiante de Industriales que, sin lugar a dudas, llegará lejos. Te recordaré como el chico callado, tímido, de inteligentes comentarios, prudente, de peculiar humor, amante de la informática y las ciencias; como un chico que a pesar de su semblante serio y reservado guarda en su interior una personalidad simpática sin igual, y, por supuesto, como un amigo. 

Pablo, el informático de la pandilla. A pesar de pasar menos tiempo con nosotros, hemos podido compartir juntos momentos inolvidables. De él es destacable su símpatía, su amabilidad, su perpetua sonrisa y su sentido del humor. En palabras suyas, "un chillonero de cuidao", y definitivamente, un buen amigo.

Cómo olvidarse de David, un futuro empresario procedente de Herencia al que ya conocía de años anteriores, pero que aún así me ha sorprendido notablemente. Te recordaré como el chico tímido y extravertido a la vez y como el compañero de habitación más excéntrico que he visto jamás; como un joven risueño, simpático, estudioso, de humor ácido, de pensamientos y comentarios inteligentes y sinceros, y, sin duda, como un buen amigo. 

Y, ¿qué decir de Samu?, un estudiante de Historia del Arte, impetuoso, simpático y bonachón. El único de los citados que no comparte Residencia con un servidor, pero al que recordaré como un compañero de clase excelente, con un peculiar sentido del humor, con una vida que me recuerda mucho a mí en varios de sus aspectos, como un talaverano con alma de poeta y, como no, como uno más de mis amigos.  

Gracias a tod@s vosotr@s por ser como sois. No cambieis nunca.

Ventanas al mar

Ventanas al mar

Hace unas semanas finalizó la Feria de Abril de Sevilla, y, por ello, me gustaría retomar mis comentarios con un tema acorde a estas fechas. Y qué mejor que hacerlo con música con sabor andaluz.
Hace unos meses, el grupo Ecos del Rocío sacó a la venta su último trabajo: Ventanas al mar. Por ello quisiera explicar brevemente el argumento de las canciones que incluye este nuevo disco y, a la vez, hacer una invitación a que la gente lo escuche, porque, a mi parecer, vale la pena.

Mi Andalucía es un nuevo canto a la tierra que vio nacer a Ecos del Rocío, que da un repaso por varios de los aspectos característicos de la comunidad andaluza.
La chavala del pañuelo es una bella y emotiva canción en la que se narra la lucha de una chica para superar el cáncer, apoyada por su novio, su familia y sus amigos.
La casa de mi Mare es una alegre canción a ritmo de sevillanas corraleras en la que el protagonista es un hombre que valora lo bien que vivía en la casa de su madre y reconoce que, aunque de forma distinta, quiere igual a su pareja que a su progenitora.
Este va a ser rociero es una canción que ilustra la ilusión y el desvelo de un niño por la romería de la Virgen del Rocío, basándose en las cosas que hace éste con relación directa con la mencionada fiesta.
De Tarifa a Casablanca es un bonito canto al amor intercultural, pues cuenta la historia de amor entre un guardia gaditano y una mujer inmigrante de origen marroquí, que termina con el nacimiento de María del Mar, una niña fruto de la pasión entre ambos.
La Profesora es otra canción de amor, pero esta vez haciendo caso al tópico que dice que “el amor no tiene edad”. Narra el profundo cariño de un adolescente hacia su profesora que, aunque se siente atraída por el chaval, no puede permitir ese amor imposible.
En Imposible, Ecos del Rocío relata otro amor imposible, como bien muestra el título, el de un hombre y una mujer enamorados, pero unidos en matrimonio cada uno con su respectiva pareja.
Si la quinta canción hablaba del amor intercultural, La manta verde es una canción paralela sobre la amistad intercultural entre dos chicos, uno de ellos andaluz y rociero, y el otro de Afganistán y practicante del Islam. Los intérpretes explican sus diferencias a causa de sus religiones y sus culturas, pero coinciden al pedir la existencia de la paz.
En Esclavo de tu ventana se cuenta el afecto a Málaga de un vagabundo que dejó todo por volver a su tierra sin importarle nada más que su permanencia en dicha región.
La última canción, Ahora, es una profunda petición de perdón de un hombre hacia su esposa, que quiere volver a empezar de nuevo, es decir, una segunda oportunidad en toda regla.

Mosaicos de San Vital de Ravena

Mosaicos de San Vital de Ravena

El templo de San Vital se encuentra en la localidad italiana de Ravena. De esta construcción quisiera destacar el interior y, más concretamente, sus mosaicos. En el mosaico del ábside de la cabecera se observan cinco personajes. El más importante es Jesucristo, quien se encuentra en el centro sentado sobre una esfera terrestre. Se le representa como un joven lampiño aureolado (Cristo apolíneo), con una corona y un pergamino en las manos. En el extremo izquierdo se observa al mártir al que está dedicado el templo, San Vital, y en el extremo derecho el obispo Eclesio, portando en sus manos una maqueta del templo como ofrenda a Jesucristo. Los otros dos personajes son ángeles. Estos ángeles son representados como hombres jovenes, rubios, vestidos con túnica blanca larga y con un nimbo alrededor de sus cabezas.Actúan como mediadores entre Cristo, Eclesio y San Vital. El fondo es dorado y aparecen unas nubes rojas y azules (rasgos no muy bizantinos). Al ser una representación celestial se ve un cielo o un paraíso donde hay cuatro ríos.

Bajo este mosaico se encuentran otros dos: los de los emperadores Justiniano y Teodora con su séquito y corte respectivamente. Se encuentran debajo por ser los emperadores terrenales, mientras Jesucristo está arriba por ser el emperador celestial. 

En el mosaico de Justiniano aparecen el emperador (centro) rodeado de altos mandatarios religiosos y políticos. El emperador se distingue de los demás por el manto púrpura (color característico de los ropajes y botines de los emperadores), la corona y el halo que rodea su cabeza. Los personajes llevan diversos objetos relacionados con la Eucaristía (una cruz, una Biblia, una patena, un incensario) decorados con perlas y piedras preciosas, ya que era una costumbre anual que el emperador donase éstos a la Iglesia. Aparte del emperador se puede reconocer a Maximiano. El hecho de llevar la túnica unida con una fíbula era señal de ser una personalidad importante. Las figuras están representadas de frente, sin perspectiva alguna y de una manera ingrávida (es como si los personajes no pesasen, como si flotaran). Los fondos son neutros.

En el mosaico de Teodora y su corte se observa el camino que hace ésta desde Santa Sofía al palacio imperial. Los interiores se representan con las cortinas, las cuales tienen una variedad cromática y de las telas. Se supone que Teodora era una mujer humilde, pero en el mosaico va decorada con joyas. En el vestido de Teodora se representan los Tres Reyes Magos, como símbolo de ser ellos (los emperadores) los reyes del Imperio que también llevan objetos como regalo. Como otro elemento destacado aparece una fuente.

En la parte superior hay otro mosaicos. Uno de ellos representa la hospitalidad de Abraham. Es un exterior en el que se ve la encina de Mambré, tres ángeles alados, vestidos de blanco, jóvenes y aureolados  sentados a la mesa. Esta imagen se utilizaría más tarde en el arte bizantino para representar a la Santísima Trinidad. El paisaje no se representa de una manera fidedigna, es una convención. A la derecha se encuentra la escena del sacrificio de Isaac, en la que se ve a Abraham, Isaac, el cordero y la mano de Dios deteniendo el sacrificio del hijo.

El ala de la alondra aureolada de azul de oro llega al corazón de la amapola adormilada sobre el prado engalanado de diamantes

El ala de la alondra aureolada de azul de oro llega al corazón de la amapola adormilada sobre el prado engalanado de diamantes

Respecto a este cuadro no he podido encontrar casi nada en la Red, por lo que me he decidido a comentar algo sobre él yo mismo.
El ala de la alondra aureolada de azul de oro llega al corazón de la amapola adormilada sobre el prado engalanado de diamantes es el título de esta obra del pintor surrealista catalán Joan Miró. Fue pintada por éste en el año 1967 y sus dimensiones son 192,5x127,5 cm.
Personalmente (siendo sincero), la primera vez que vi el cuadro no sentí absolutamente nada diferente a lo que puedan inspirar otras obras de Miró u otros pintores. Lo que verdaderamente me impresionó fue el título del lienzo. Jamás había visto algo parecido a eso (tan peculiar y, sobre todo, tan extenso); y mucho menos en un cuadro abstracto de poco más de cinco colores. Pero, fijándose bien y siguiendo el título al pie de la letra, se puede observar cada uno de los detalles del cuadro: el ala, la amapola, el prado...
En definitiva, este cuadro de Miró no tiene mucho que comentar, a no ser por su título, pues cuenta rapidamente lo esencial del cuadro con solo leerlo.

Simbología del Jardín de las Delicias

Simbología del Jardín de las Delicias

Las obras del pintor holandés Hyeronymus Bosch, más conocido como “El Bosco”, no podrían ser pasadas por alto, pues han sido siempre un cúmulo de fantásticas y enigmáticas simbologías relacionadas con la brujería y el demonio.
Por ello, quisiera aclarar el significado de algunos de los numerosos símbolos que aparecen en uno de los cuadros más famosos de este gran pintor: El jardín de las delicias. Al ser un tríptico iré exponiendo los símbolos de cada tabla:

Tabla izquierda: La Creación

- La fuente suele simbolizar la vida, pero en este caso tiene un significado totalmente diferente, pues representa el mal, la vida creada bajo el pecado. Por esta misma razón, el Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal se halla en las cercanías de la fuente.
- Una lechuza preside la fuente, la cual, al ser una pintura medieval, simboliza el mal (también la Sabiduría, pero sólo en la Antigüedad).
- Los demás animales que rodean la fuente tienen el siguiente simbolismo:
- Patos necios, cisnes orgullosos y sabandijas = mal
- Animales mitad pato, mitad pez con caperuzas de fraile = estupidez del clero
- Toro salvaje = pasión
- Unicornio blanco = castidad
- Elefante blanco = inocencia
- Mono (montado sobre el elefante) = lujuria

Tabla central: El Mundo

- Esta tabla representa un mundo de placeres y vicios para los hombres y las mujeres, quienes estarían inmersos en la ansiedad de una vida dedicada al goce carnal.
- Las frutas (cerezas, fresas, frambuesas, moras) simbolizan lo efímero del placer sexual.
- Las pompas y esferas de vidrio aluden a la eventualidad del deleite.
- Los ratones simbolizan la envidia.

Tabla derecha: El Infierno

- Esta tabla culmina la obra y expone las consecuencias del goce que la tabla anterior ilustraba, haciendo que los personajes se vean castigados de forma eterna.
- En una especie de huevo roto se trasluce un autorretrato del propio pintor coronado por una gaita, símbolo de la inversión sexual.
- Un detalle que llama la atención es la constante crítica de la Iglesia a través de personajes del clero. Aparecen monjas convertidas en cerdos, debido al comercio con reliquias. Los clérigos con picos de ave simbolizan ser malos predicadores.
- Las orejas atravesadas son símbolo de sospecha.
- Los instrumentos musicales, como el laúd, la zanfoña o el arpa, actúan como aparatos de tortura, pues se puede ver gente aprisionada en ellos.

La oreja de Van Gogh

La oreja de Van Gogh

Seguramente, quien más y quien menos habrá oído hablar de la oreja de Van Gogh, aunque a muchos les suene al nombre de un conocido grupo musical, que, aunque no es el tema que trataré, por supuesto, tiene su origen en el acontecimiento que voy a explicar a continuación.

Vincent Van Gogh conoció al también pintor Paul Gauguin en París y, después de un tiempo, en 1888, Gauguin se estableció en la casa que Vincent tenía en Arlés, un pueblo del sur de Francia (conocido debido a los cuadros del holandés). Allí el holandés quería establecer una comunidad de artistas. Pero, tras pasar dos meses juntos, la relación entre Van Gogh y Gauguin se comenzó a deteriorar debido a sus enfrentamientos por los gustos pictóricos. A tal punto llegaron las diferencias de ambos que incluso Paul Gauguin pensó varias veces en abandonar el hogar de Arlés.
La tensa situación que existía entre los dos pintores acabó en una pelea la noche del 23 de diciembre de 1888, pues estando bastante ebrios, en plena discusión, Van Gogh amenazó a Gauguin con una navaja de afeitar, hecho que motivó que Gauguin abandonara la casa y se marchase inmediatamente a un hotel. Entonces Vincent Van Gogh, arrepentido de su comportamiento ante su amigo, resolvió la situación arrancándose el lóbulo de su oreja derecha, el cual dio a una prostituta para que se lo llevara a Gauguin como prueba física de su arrepentimiento.
Este escandaloso acontecimiento no tardó mucho en difundirse por Arlés y parece ser que llevó a la policía a acordonar la casa y a internar a Vincent en un hospital durante unos días, donde fue tratado por tener síntomas de una severa enfermedad mental. Días más tarde, a pesar del suceso, Paul y Vincent recuperaron su amistad, mientras que en Arlés las extravagancias de Van Gogh seguirían siendo muy mal vistas.

Censura renacentista

Censura renacentista

En los siglos XV y XVI, es decir, durante el Renacimiento muchas obras de arte fueron censuradas por la Iglesia debido a los desnudos que en ellas se mostraban. El desnudo humano era considerado en aquella época como algo inmoral, indecoroso y obsceno, y, para poder mostrar cuerpos desnudos en sus obras, los artistas renacentistas recurrían a menudo al tema mitológico — por ejemplo, la Venus de Urbino (Tiziano) — e incluso, a veces, al tema religioso. De esta manera, la recta moral de la Iglesia no suponía ningún problema para los artistas. Aún así, muchos fueron los artistas que debieron retocar sus pinturas para adaptarlas al gusto eclesiástico y cristiano de la época.
Entre los ejemplos de censura eclesiástica por desnudez quiero destacar dos casos:
- La capilla Brancacci de la Iglesia de Santa María del Carmine de Florencia fue decorada en el siglo XV con frescos realizados por Masaccio y Masolino da Panicale. En estas pinturas se podía ver una escena en la que Adán y Eva aparecían completamente desnudos siendo expulsados del paraíso. Por ello, en el siglo XVII las partes sexuales de estos dos personajes fueron cubiertas con ramajes. De todas formas, actualmente, gracias a una restauración, han sido eliminados los inoportunos ramajes y se puede apreciar la obra tal y como a mediados del Quattrocento fue pintada.
- Otro caso, quizá el más celebre, es la censura de los frescos de la Capilla Sixtina de Roma, pintados por el genio florentino Miguel Ángel Buonnarotti. A causa de la censura eclesiástica, los desnudos del Juicio Final fueron retocados el mismo año en que murió su pintor, ya que se acusaban de paganismo. Por eso, en el año 1564, el pintor Danielle di Volterra fue encargado por el papa Pío IV para cubrir “las vergüenzas” de los personajes. Éste, al parecer, cumplió su cometido dibujando delicados velos y sutiles bragas sobre las figuras para tapar sus partes pudendas, lo que le costó el apodo de Il Braghettone. Como en el caso de la capilla Brancacci, la restauración a la que la capilla Sixtina fue sometida a finales del pasado siglo XX se dedicó también para eliminar los añadidos de Volterra y dejar al descubierto las partes de las figuras que habían sido ocultadas, como en su día las pintara Miguel Ángel.